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© Federico Bejarano 2010
Acerca de Martín Espinoza
Martín Espinoza nació en Corrientes en 1952. Es médico especialista en hematología, hemoterapia, inmunohematología y análisis clínico. Es docente universitario en la facultad de Medicina de la UNNE, en el área de química biológica. Ha efectuado estudios en ciencias exactas y biológicas así como en disciplinas humanísticas, como investigaciones y análisis de literatura arcaica, pensamiento del hombre primitivo, teorías relativistas y su aplicación a la conducta psicosocial del hombre contemporáneo. Ha efectuado estudios de los idiomas griego, hebreo y árabe. Es un conocedor de la cábala hebrea y de la teología judeo-cristiana. Su obra poética publicada se encuentra reunida en su libro "Cruz y Ficciones" (Subsecretaría de Cultura, Corrientes, 1994). Posee inéditas varias novelas y ensayos.
Un poema de Martín Espinoza
EL CUERVO
La playa.
Simplemente la playa. ¿Para qué los torpes y fraudulentos adjetivos?
Y sobre la playa un cuervo.
Un cuervo majestuoso, negro... negrísimo, puro, profundo.
Negro y torvo, negro y cruel, negro y divino.
Con el hastío de siglos en sus ojos de acero, se acerca -magnífico- al borde del mar.
Hunde con precisión el pico en la espuma y recoge un diamante grande como una nuez.
Por un momento los ojos del animal y la joya compiten por irradiar más luz.
Un instante después la piedra-luz es ya solamente
una sombra más en las entrañas del ave.
A no mucha distancia un hombre se agita en el agua,
la fatiga se ha apoderado de él y apenas puede mantenerse a flote.
A lo lejos los restos de su nave son disputados por el fuego y por el agua.
El cuervo gira -silencioso y atroz-, da tres pasos
y su pico certero captura un nuevo diamante de las arenas.
El hombre solloza, grita y se hunde; y su figura ya no vuelve a envilecer el paisaje.
El cuervo engulle una última joya, gira, abre sus alas con lentitud,
deja que el sol resbale sobre su plumaje y luego -también con lentitud-
levanta vuelo.
© Martín Espinoza
Y pa' finalizar
1
unas luces multicolores desnudan la verdad
y es un rebaño metido en el café
y es la algarabía de segundos y es la muerte
de espejos y de humos bifurcados que me llenan
y me nombran
¿o soy yo que no tengo nombre?
2
trastornado cúmulo de cepillos/
levanté mis codos redondos de vuelos antiguos
para rotar la luz a través de mi frente/ y hoy
no me quedaron brillos/ tengo la espalda llena de aserrines de la siesta
3
el baile es la traducción de un espacio reverberado
y cuando uno revela en su templo
algún órgano encarcelado en su propia luz
es el baile y es el vino enterrado en la sangre y la sombra.
Y el propio cuerpo inenarrable se disuelve con el fuego.
2
hay en esto lo que hay en el que mira sin pasión:
nombres descarriados sangrando en el papel.
Y yo esperé,
esperé quizas un sinnúmero de
banalidades/
Regadío de sombras que todo lo disuelven,
que todo lo absorven para su gusto y que
por suerte refulgen.
Refulgen el calor/ refulgen los engranajes de este motor que és la noche
3
esclavo/
entre una mirada y otra
de la infancia
reinando/
entre las sombras humanas
de una multitúd diáfana
en que la vida milenaria
se nos escarcha